Un buen embalaje es esencial a la hora de trasladar cualquier tipo de carga. En el transporte de mercancías esto resulta especialmente importante porque los bultos van a recorrer distancias largas, van a ser manipulados por equipos humanos y , en ocasiones, van a viajar junto a otras mercanías.

Es básico conocer el peso y la fragilidad de los artículos que queremos enviar y asegurarnos de que la caja protege la mercancía.

Es una buena práctica declarar si el contenido es frágil, perecedero, corrosivo, inflamable, etc. mediante etiquetas identificativas.

Esto le aporta información al transportista sobre cualquier requisito especial, y estar prevenido ante posibles problemas con el contenido.

También puedes incluir una etiqueta indicando la parte que debe ir arriba.

Este tipo de etiquetas contribuye a que la mercancía llegue en perfectas condiciones, lo cual es esencial para la satisfacción de tus clientes, evitando malas opiniones o gastos extra por reposición de unidades o por segundas entregas.

Asegúrate de que todas las etiquetas estén a la vista y sean claramente legibles.

Recomendamos usar cajas de cartón de doble canal y no reutilizar embalajes porque pierden resistencia. Las cajas tienen que ser de cartón corrugado de alta calidad y sus laterales tienen que estar intactos.

Un buen sellado es indispensable porque protegerá el paquete durante el recorrido. Para ello recomendamos utilizar lo que se conoce como el método H. Este consiste en cerrar todos los laterales superiores más la parte central y reforzar también la parte inferior y el centro de la caja.

Embalar la mercancía de forma correcta para que no sufra desperfectos durante el tránsito a destino es responsabilidad del remitente. Si el embalaje es insuficiente el seguro LOTT no cubrirá la rotura.